Construyendo identidad provincial, a través del muralismo con la técnica del mosaiquismo

Con la intención de que el arte llegue a todas las personas y no sea exclusivo de los museos, un grupo de artistas busca llevar el muralismo a los espacios públicos, “para que todos podamos apreciarlo y disfrutarlo. Y esto lo hacemos a través del mosaiquismo que es la técnica que elegimos trabajar por su perdurabilidad”, explica Soledad Bestani, referente indiscutible del muralismo en la provincia de Tucumán.

La primeras intervenciones fueron en el año 2016, cuando realizaron el primer Encuentro Internacional de Arte Público y Muralismo en Tucumán, que fue en el parque Avellaneda en conmemoración del bicentenario de la independencia. “Lo hacíamos cada dos años, pero el año pasado se suspendió por la pandemia”, explicó Bestani.

Recuerda que comenzaron trabajando con su mamá, Patricia Nader, quien es Licenciada en Artes. Con el correr del tiempo se fueron sumando artistas y hoy conforman un grupo de 10 integrantes. “Si bien empezamos con un proyecto personal de aporte a la cultura y a nuestra sociedad, hoy somos muchos quienes aspiramos a lo mismo”, dijo.

La ambición estaba centrada en embellecer los espacios públicos bajo temáticas muy diversas, siempre buscando que el ciudadano se identifique y se sienta representado a partir de la obra, sin plasmar ideologías políticas, buscando temáticas que unan y no separen. “Buscamos una identidad, una imagen distinta; poniéndole arte, color y diseño. Intentamos incorporar un aporte para embellecer, mejorar y cambiar los espacios públicos”, dice.

Los lugares elegidos por el grupo son estratégicos, y las temáticas también. “En el parque Avellaneda dejamos registro del Bicentenario de la Independencia; en plaza Alberdi lo hicimos a Juan Bautista Alberdi y a Lola Mora; en el ingreso de Avenida Roca: Cultura y Libertad; en el ingreso por circunvalación, yendo al aeropuerto, hicimos un `Tucumán Productivo´: naranjas, limones, frutillas, arándanos y caña de azúcar”, recuerda.

Soledad Bestani es Licenciada en Administración de Empresas, pero creció en un contexto de arte y ante cada intervención artística expresa que siente “felicidad y orgullo, porque es un proyecto cumplido, un logro más, un sueño hecho realidad. Cada proyecto hecho obra es parte nuestra, porque ponemos lo mejor que tenemos”, define la Licenciada.

Si bien no tiene una obra preferida, cree que la que hicieron en Plaza Miguel Lillo tiene un especial significado, “fue un mural comunitario, donde muchísimas personas aportaron manitos hechas en mosaicos; llegamos a juntar 900 manitos para incluir en el mural. Y también porque están retratados mis sobrinos”, expresa.

En tanto Patricia Nader compartió su sentimiento en relación al trabajo que ella misma impulsó y que viene haciendo hace años. “A la persona que hace arte es de algún manera sentirse realizado como persona y como artista concretar una obra. Es proyectar sus sentimientos, ideales y pensamientos. Mucho más profundo son estas realidades y sentimientos si se trata de arte público y de dejar de alguna manera testimonio de una ciudad, de sus costumbres y la cultura. Es la historia de un pueblo en un muro. En el lugar de ingreso al lugar en donde a transcurrido su vida”.

El mosaiquismo como técnica de expresión artística

La técnica usada responde a la perdurabilidad y el poco mantenimiento que se necesita en el transcurso del tiempo. “Son obras que van a estar 100 años intactas si no las rompen a propósito”, dijo Bestani.

Para armar la figura deseada, se van cortando los mosaiquitos en pedacitos y de esa manera armamos la figura. “Para las obras tan grandes con la que venimos trabajando, lo hacemos en un taller. Se los arma en fibra de vidrio y luego se coloca como rompecabezas”, explica.

El grupo busca donaciones de materiales, para las obras que se realizan. Una empresa aporta desde hace tiempo materiales para los diversos proyectos. “Los materiales son caros, porque son elementos de construcción; los cerámicos y azulejos de color son costosos”, culminó.

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