Según la tradición católica, el Día de los Reyes Magos se celebra 13 días despúes del nacimiento de Jesús, es decir, cada 6 de enero; y narra el comienzo de la Epifanía (del griego epipharmera: “brillar sobre”, “mostrarse”). También conocida como Fiesta de la Epifanía, se trata del festejo de la manifestación de Cristo como Dios en la Iglesia de oriente u ortodoxa y una de las más antiguas celebraciones para los católicos.
La primera referencia al Día de los Reyes Magos se remonta al Evangelio de San Mateo donde se cuenta que Melchor, Gaspar y Baltazar viajaron desde Oriente guiándose por una estrella que los condujo hasta Belén (la Estrella de Belén). “Al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra”, dice San Mateo (2,1-18) en el pasaje que se refiere a los tres sabios de Oriente.
Siete datos que tal vez no conocías
- Las tres epifanías que celebra la Iglesia
La Iglesia Católica celebra como epifanías tres manifestaciones durante la vida de Jesús. La Epifanía ante los Reyes Magos de Oriente (manifestación a los paganos), Epifanía del Bautismo del Señor (manifestación a los judíos) y la Epifanía de las bodas de Caná (manifestación a sus discípulos).
- La segunda fiesta más antigua para los católicos
Originada en Oriente y luego adoptada en Occidente durante el siglo IV después de Cristo, la fiesta del Día de los Reyes Magos es una de las celebraciones más antiguas de los católicos y la segunda después de la Santa Pascua.
Algunas versiones sostienen que, en un principio, se conmemoraban las tres Epifanías en una misma fecha. Incluso, en algunas iglesias orientales le dieron a esta fiesta un carácter celebrativo del nacimiento de Cristo hasta que se insertó la festividad romana de la Navidad alrededor del siglo IV. De manera paulatina, durante la Edad Media la Epifanía pasó a conocerse como la fiesta de los Reyes Magos.
- San Agustín definió la fecha
Existen diversas versiones sobre la elección de la fecha del Día de los Reyes Magos. Algunos estudios afirman que la Epifanía se fijó para el 6 de enero ya que en este día se celebraba el nacimiento de Aión, Dios patrono de la metrópoli de Alejandría, que estaba relacionado con el Dios sol. Además, en el antiguo Egipto se celebraba el solsticio de invierno el 6 de enero.
Por otro lado, durante el siglo IV San Eusebio de Cesarea y San Jerónimo, y en el siglo VI San Epifanio, afirmaron que los Reyes Magos llegaron a ver al Niño Jesús antes que cumpliese dos años de vida.
Sin embargo, San Agustín (siglos IV y V) en sus sermones de la Epifanía sostuvo que los Sabios de Oriente llegaron el día 13 después del nacimiento de Jesús: el 6 de enero del calendario actual.
- Los verdaderos Reyes Magos eran doctores
El único que menciona a los Reyes Magos en la Biblia es San Mateo. El evangelista explica que los tres sabios eran de “oriente”, una región que para los judíos eran los territorios de Arabia, Persia o Caldea. Y en esa época, los orientales llamaban “magos” a los doctores.
En lengua persa “mago” significaba “sacerdote” y justamente los magos (“magoi” en griego) pertenecían a una casta de sacerdotes persas o babilonios. Aunque ellos no conocían la revelación divina como los judíos, estudiaban las estrellas en su anhelo de buscar a Dios.
Se los empezó a llamar “reyes” a los magos por una referencia al Salmo 72 (10 -11) que reza: “Los reyes de occidente y de las islas le pagarán tributo. Los reyes de Arabia y de Etiopía le ofrecerán regalos. Ante él se postrarán todos los reyes y le servirán todas las naciones”.
- ¿Y si eran más de tres los Reyes Magos?
San León Magno (siglo IV) y San Máximo de Turín (siglo V) mencionan a tres magos no por basarse en alguna tradición, sino, probablemente, por los tres regalos que describe el evangelista San Mateo: oro, incienso y mirra.
Aunque en los primeros siglos se realizan representaciones pictóricas donde hay dos, cuatro, seis y hasta ocho magos, el fresco más antiguo de la adoración de los Reyes Magos data del siglo segundo y se encuentra en un arco de la capilla griega de las catacumbas romanas de Priscila donde solo aparecen tres.
- ¿Cómo era cada uno de los Reyes Magos?
El origen de los nombres de los Reyes Magos no está definido ya que no aparecen en la Biblia. La primera referencia a sus nombres se remonta a un manuscrito de París que data de finales del siglo VII donde se los menciona como Bitisarea, Melchor y Gataspa. Recién en el siglo IX se empezó a difundir que sus nombres eran Gaspar, Melchor y Baltazar.
Melchor es descrito como un anciano blanco con barba que proviene de la zona Europea y ofrece al Niño Jesús el oro por su realeza. Gaspar representa a la zona asiática y lleva el incienso por la divinidad del Hijo de Dios. Por último, Baltazar es de piel negra ya que proviene de África y le regala al Salvador la mirra, sustancia que se utilizaba para embalsamar cadáveres y símbolo de la humanidad de Jesús.
- No fue una estrella, sino una conjunción de planetas
La tradición sostiene que los Reyes Magos se guían por una estrella para arribar a la ciudad de Belén, donde había nacido Jesús. Sin embargo, existen varias teorías sobre la Estrella de Belén, una de ellas afirma que se trató de un cometa. Pero estudios astronómicos más recientes aseguran que los “sabios de Oriente vieron” la conjunción de los planetas Saturno y Júpiter en la constelación de Piscis.
En base a la última explicación, los Reyes Magos deciden viajar en busca del Mesías ya que en la antigua astrología Júpiter era la estrella del Príncipe del Mundo; la constelación de Piscis, como el signo del final de los tiempos; mientras el planeta Saturno en Oriente, era considerada como la estrella de Palestina. Esto permite pensar que Melchor, Baltazar y Gaspar entendieron que el Señor del final de los tiempos se revelaría ese año en Palestina.
Además, para algunos estudiosos es probable que los Reyes Magos supieran algunas profecías mesiánicas de los judíos y por eso llegaron al palacio de Herodes en Jerusalén, para preguntar por el rey de los judíos.
Fuente: La Nación