Casa Cultural TUCU-HU-MANOS: una enseñanza de amor

La inspiración nos moviliza para poder hacer realidad algo. “Tiene que haber un motivo de inspiración siempre, y en este caso al vivir en un barrio con tantas carencias y alejados de las oportunidades, me inspiró. La falta de oportunidades de los chicos, me inspiró, hay que sembrar en ellos. Yo escucho que la juventud está perdida, pero qué hacemos nosotros por ellos, como para decir semejante atrocidad; la juventud no está perdida, no lo siento así. No debemos ni siquiera pensarlo, sino que debemos, como en este caso inspirarnos, ver las posibilidades para poder mejorar las vidas de tantos y tantos que nos van a preceder”, dijo Rossana Cardozo, coordinador de la Casa Cultural TUCU-HU-MANOS al iniciar la charla.

Rossana Cardozo es profesora de técnicas de gimnasia y lleva adelante desde hace 5 años el programa radial “Te doy la Palabra”, declarado de interés general por el Ente Cultural de Tucumán y lleva en su haber muchos proyectos relacionados en torno a sus actividades como meso-terapeuta y agente socio-cultural. En diálogo con COMMA nos dijo lo siguiente.

¿Cómo nace la Casa Cultural?

Comenzó en el mes de diciembre de 2020, en el contexto pandémico, con una anécdota; veníamos de un año muy triste y desolador y me sentí inspirada para hacer algo. Armamos un coro preparamos villancicos y los chicos entusiasmados cantaron en la plaza. Y quise seguir con el grupo de niños entusiastas, siempre quise formar una Casa Cultural. Y el disparador más grande fue el sentir que los niños y jóvenes necesitan este espacio. Hoy los chicos vienen dos veces a la semana; abrimos taller de música y danza. Son muchos los chicos, con una gran presencia. Trabajamos en el patio y con grupos.

¿A quiénes está destinado este espacio artístico?

Queremos que este lugar no sólo sea para los niños, sino también para adolescentes y jóvenes. Queremos darles una apertura a las mujeres y a los padres que quieran aprender, queremos que sea un lugar para la familia, el espacio que tenemos es para 50 personas. Esta Casa Cultural es el único lugar en cinco barrios alrededor. Estamos ubicados en el Pasaje Independencia 2743, en el barrio Cardenal Samoré en la zona Sur. Pocas oportunidades llegan para este lado.

¿Quién coordina la Casa Cultural?

Como coordinadora general estoy yo. Pero trabajo junto a profesores como Silva e Iris Medina. Somos los que movemos. La idea es hacer una Asociación Civil donde podamos convocar algunos vecinos para que sean parte de esto. Como también a los padres que asisten hoy a la Casita Cultural.

¿Qué se puede hacer en la Casa Cultural?

Hacemos taller de música y taller de danza para niñas, hay talleres de pintura y lectura, también damos charlas. Tenemos una biblioteca popular, donde nos faltan libros para compartir, pero la idea es que se los pueda prestar. Se hace un trabajo de concientización y de pertenencia del lugar. Es un espacio para aprender arte, y sobre todo sentir el valor de la solidaridad. Acá se viene a aprender y a compartir momentos. Quiero que la gente sienta que se puede y que podemos hacer cosas, es necesario y urgente. Hay que hacer algo ya, para poder cambiar esta realidad.

¿Con qué recursos económicos cuentan?

Los recursos económicos en todo proyecto cultural es importante, pero no lo más importante. Considero que lo más importante es la actitud, la predisposición y la solidaridad. Sin embargo, tratamos de tramitar algunos recursos pero como aún no tenemos nuestra personería jurídica, se nos hace difícil. El único lugar que nos abrió la puerta es el teatro Rosita Ávila, en el cual hago un evento que se llama “Encuentro Artístico Cultural Solidario”, donde convocamos artistas: escritores y poetas; cobramos un bono solidario para poder comprar algunas cosas para los chicos. Y gracias a dos eventos realizados, adquirimos flauta dulce para el taller. Tenemos dos guitarras y un bombo. Recursos económicos ya van a llegar, están en camino.

¿Qué buscan construir en la persona que asiste a TUCU-HU-MANOS?

En principio lograr que tengan la conciencia de que todos podemos lograr lo que soñamos. Que todos puedan sentir que se puede siempre y que encuentren en este lugar una oportunidad para aprender. La solidaridad y la empatía, son dos armas muy poderosas para poder cambiar cualquier realidad con un entorno negativo. A esto aspiro, a que sientan eso; que cuando vengan a la casa sientan su pertenencia, que sientan que son parte necesarios acá. Busco que este sea un destino para aprender de nosotros  mismos y valorarnos.

¿Qué sueña para la Casa en un corto y largo plazo?

Queremos conseguir instrumentos para los chicos, para que hagamos una banda barrial y suene con identidad de barrio del sur, quiero que puedan aprender variados instrumentos. Y a largo plazo que podamos hacer las refacciones en el lugar: voltear paredes y ampliar. Armar bien la biblioteca, poner un techo en un patio que nos seden. Pretendemos hacer un intercambio con otros barrios, con otros lugares culturales, y que este coro o banda que va a fluir sea reconocida, que los chicos puedan viajar y conocer otros lugares. Son Sueños y proyectos que siempre hablamos con los chicos.

El Centro Cultural no solo deja conocimientos de arte y siembra en valores a los chicos que participan, también enseña a quienes ponen sus talentos y bondades en ello. En el caso de Rossana Cardozo pudo entender, a partir de una enfermedad terminal, que la vida es un milagro, y ese milagro está en el otro. “La enfermedad me dejó de enseñanza la idea de no perder un instante de hacer algo por el otro, no tenemos que ser una persona que llegamos al mundo y solo pasamos por el, debemos buscar quedar en el corazón de alguien, en este caso de los chicos, buscando valorizar la vida”. Y añadió, “la Casa Cultural TUCU-HU-MANOS me deja una enseñanza de amor y el amor lo cura todo”.

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