El valor de la comunicación intrapersonal

La comunicación nos permite conectar con las personas. Se habla mucho de la comunicación con los demás: cómo nos relacionamos, cómo nos comunicamos, cómo escuchamos… Sin embargo, poco se habla de la comunicación intrapersonal, un tipo de comunicación dirigida a nosotros mismos.

Así, entendemos por comunicación intrapersonal el discurso que nos dirigimos a nosotros mismos, ya sea pronunciando o no palabras. El también denominado diálogo interno o interior puede tener una gran cantidad de funciones, que veremos a lo largo del artículo. Entre ellas, destacamos: la autorreflexión o la introspección, dos procesos psicológicos muy importantes para conocerse a uno mismo.

Qué es la comunicación intrapersonal

La comunicación intrapersonal es aquella que la persona entabla consigo misma. Así, es una forma de comunicación que implica que la propia persona sea, al mismo tiempo, emisora y receptora principal del mensaje. Es la que lo produce, también aquella a la que va dirigido.

Suele englobar aquellos análisis que hacemos de forma privada, en relación a las cosas (y a uno mismo). Se podría definir también como el diálogo interno, e incluye todo aquello que escuchamos, leemos o repetimos para nosotros.

Para qué sirve la comunicación intrapersonal

A través de la comunicación intrapersonal, nos conectamos con nosotros mismos y conectamos, además, con nuestra consciencia. Es una forma de comunicación que nos permite reflexionar, escucharnos, darnos ánimos, acompañarnos en momentos dolorosos, analizar… Vamos a ver, con un poco más de detalle, estas y otras de las funciones de este tipo de comunicación:

Permite la autorreflexión

La comunicación intrapersonal nos permite reflexionar el entorno y también sobre nosotros mismos. Se trata de una conversación con uno mismo que nos puede llevar a explorar áreas de nuestra vida que quizás no van tan bien, por ejemplo.

Nos conecta con nuestra esencia

En un mundo donde empleamos mucha energía y tiempo en los demás, en hacer cosas hacia el exterior, encontrar momentos para hablar con nosotros nos puede ayudar a re-conectar con nuestra esencia. Puede ser el espacio idóneo para redactar una definición propia del yo que sea la base de nuestro crecimiento.

¿Esto qué quiere decir? Conectar con nuestro mundo emocional, con nuestros recuerdos y nuestras vivencias. En cierto sentido, esto implica acercarnos a ellos y «apagar» el ruido del mundo exterior.

Promueve la autoescucha

Escucharnos a nosotros mismos implica callar todo lo de fuera y poner la atención dentro de nosotros. Esto puede suceder, en gran parte, gracias a la comunicación intrapersonal. ¿Por qué?

Porque esta implica pensar hacia adentro y hablarnos desde ahí. Recordemos que este tipo de comunicación no solo incluye la emisión y recepción de un mensaje a nivel oral (hablando), sino también a través del pensamiento.

Permite la introspección

Asociado a todo lo anterior, la introspección es otra de las funciones o posibilidades que permite la comunicación intrapersonal. La introspección se define como la observación que una persona hace de su propia conciencia, o de sus estados de ánimo, a fin de reflexionar sobre ellos.

Esto se relaciona con otros elementos ya mencionados: la escucha, la reflexión e incluso el autocuidado. En psicología la introspección es un elemento clave que permite a las personas «parar» y poner el foco dentro de ellas mismas, a fin de resolver conflictos, de acompañarse, de entender, de integrar vivencias…

Ejemplos de comunicación intrapersonal

Existen diferentes formas de ejercer este tipo de comunicación. Vamos a ver las más importantes:

Hablar en voz alta

Es lo que clásicamente se conoce como «hablar solo». También incluye el hecho de leer algo en voz alta para uno mismo.

Puede resultar una práctica útil para calmarse, prestar atención a algo en concreto, ordenar las ideas, fomentar la concentración… Muchas veces, en hablar con uno mismo en voz alta se produce de forma inconsciente.

Los pensamientos negativos

Los pensamientos negativos son ideas que aparecen, muchas veces de forma intrusiva, en nuestra mente. Generan angustia y pueden llegar a afectar realmente nuestro estado anímico y otros aspectos como la autoestima.

Así, también implica una forma de comunicación intrapersonal, en este caso, disfuncional o negativa. Con terapia esta manera de dirigirnos a nosotros mismos, a través del pensamiento, puede combatirse.

Entre las partes del cuerpo

Se trata de una comunicación un poco más particular, y no tan psicológica. En este caso, hablamos de que algún órgano del cuerpo le envía un mensaje al sistema nervioso central.

Imaginemos, por ejemplo, las sensaciones de frío o calor, las cosquillas, sentir ardor… Esto también es comunicación intrapersonal, aunque a otros niveles.

Reflexiones finales

Y tú, ¿hablas contigo mismo? ¿Empleas este tipo de comunicación a lo largo del día? ¿Con qué fin? Cuidar nuestro lenguaje interno, todo aquello que nos decimos, es imprescindible para gozar de una buena salud mental.

Como en todo en la vida, a conversar con uno mismo también se «aprende», y por ello es importante revisar este diálogo interior a fin de que sea adaptativo, útil y un buen acompañante de vida. Si sientes que tu discurso interno te genera malestar, escúchate y pide ayuda si sientes que la necesitas.

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