“Fuera de serie”, lo definió su papá Oscar Córdoba; “Un león”, dijo su tía, Aida Juárez. Y claro, tenía una personalidad altruista, sostenida en la valentía y en un espíritu alegre y esperanzador. Dinámico, inteligente, solidario, estudioso, líder, capaz de conseguirlo todo y un poco más; un ser de luz. Con esas cualidades transcurrió los 21 años de vida de Hernán Córdoba, un joven que fue diagnosticado con cáncer de rodilla a los 17 años y a los 18 años amputado. Tres años después, el cielo se lo llevó, pero no sin antes haber dejado un legado a un grupo de personas llamadas Los Leones, quienes forman parte de la Fundación “Futbol Amputados Tucumán” que lleva su nombre.

Quién era Hernán

Alguien que entendió que la adversidad no podría detenerlo. Y así fue, en su corta vida consiguió todo lo que se propuso. Hizo su secundaria en la escuela Técnica Nº 2, sus estudios universitarios transcurrieron en la UTN, estudiaba ingeniería, hasta que lo internaron en Buenos Aires para un tratamiento oncológico.

En el año 2015, cuando fue amputado, su espíritu de gladiador, lo llevó a jugar al futbol en Los Teros, un equipo que pertenece a la provincia de Córdoba. Como consecuencia de su excelencia deportiva, formó parte del seleccionado argentino de Futbol Amputado. Y motivado por su excelencia de ganador, comenzó a buscar a chicos con sus mismas características físicas en Tucumán, y así formó el equipo Los Leones, un grupo de jóvenes que de la misma manera que el, entienden que la vida no se detiene frente a lo adverso. En diciembre de 2019 y con el objetivo de participar en la Liga Nacional creó la Fundación de Futbol Amputados Tucumán, la única Fundación en Argentina con estas características.

En el medio del entusiasmo por todos sus logros, se entera que la metástasis había llegado a la cadera y al pulmón y fue intervenido quirúrgicamente algunas veces. “Cuando lo operaron del pulmón le sacaron el 75%, y el día que lo retiraron de terapia, lo llamó el técnico de la Selección Argentina para decirle que lo iba a convocar para que juegue en el mundial de futbol para amputados, que ese año era en México”, recordó Aida Juárez, tía de Hernán y presidenta de la Fundación.

Tenía chispa, era único, ejemplo para muchos y amado por todos lo que lo conocieron, lo define Aída y agrega, “era bueno en todo lo que hacía, muy buen alumno y aprendía lo que se proponía”. Su padre Oscar, dijo: “era un chico con mentalidad de grande”.

El joven deportista formaba parte de una banda de folclore, además tocaba la guitarra, y pertenecía a un coro de iglesia, su padre recuerda que durante el transcurso de su enfermedad estuvo entregado a la voluntad de Dios, siempre de buen ánimo y con fe sosteniendo a sus afectos, hasta que el Plan Divino se manifestó.

La Fundación, el legado que dejó

El equipo fue formado en 2018 por Hernán Córdoba. Él  tenía como objetivo hacer del fútbol un medio para socializar, conocer el deporte y dar una mejor calidad de vida a los jugadores a través de la práctica de la actividad física.

Así, se fueron incorporando personas de diferentes edades, capaces de integrar un plantel que se encuentre en condiciones de competir a nivel nacional, para llegar a representar a la provincia de Tucumán en esta disciplina.

Fue un proceso de consolidación durante todo un año, hasta que se logró la participación a nivel nacional, enfrentando distintos combinados y estrechando relaciones con instituciones que se encontraban en pleno funcionamiento.

Actualmente, cuentan con una veintena de jugadores que participan regularmente de las prácticas que se realizan en el Parque 9 de julio, en la ciudad de Bella Vista y en un predio prestado, por 15 años, por el club de Rugby Corsarios. Allí están cimentando sueños, quieren crecer en infraestructura y para ellos necesitan de la solidaridad y buena voluntad de los tucumanos. Por ahora y casi desde el comienzo son apoyados por la municipalidad de San Miguel de Tucumán, Tafí Viejo y Bella Vista, “la municipalidad de Bella Vista y su intendente Sebastían Salazar, nos apoyaron siempre, realmente fueron enviados por Dios”, dijo Córdoba.

Cuando todo comenzó, el objetivo principal era crear un espacio donde se pueda realizar la práctica deportiva que en ese momento en Tucumán no había. “El fútbol para los chicos que tienen una discapacidad es más que un deporte y lo vivimos con Hernán y su equipo; es un espacio donde no solo les ayuda en lo físico sino también en lo emocional, más allá de competir socializan con personas que pasaron por su misma situación y crean vínculos de amistad”, dijo Juárez.

El equipo comenzó con cuatro jugadores, Hernán los había cobijado; hoy, luego de cuatro años de camino recorrido y canchas jugadas, llegaron a conformar un grupo de 22 personas; 21 de ellos fueron amputados a raíz de accidentes, uno solo nació con una discapacidad genética que “le acarreó problemas psicológicos y anímicos, y gracias al futbol le cambió la vida, hoy tiene expectativas para la vida”, dijo Córdoba.

A la fecha y a pesar de la pandemia siguen entrenando mientras se puede de manera reducida están participando de la Liga Nacional, “por ahora suspendida hasta que podamos recibir gente de otras provincias o viajar”, contó Juárez.

Si de testimonios hablamos, podemos conocer el pensamiento de Pablo Reales, integrante del equipo: “no pasa por saber jugar al fútbol, pasa por formar parte de un grupo humano que nos ayuda en todos los sentidos. Nosotros sabemos que perder una pierna no es fácil, pero estar en un grupo con personas que pasaron por la misma situación, ayuda mucho a salir adelante sobre todo desde lo anímico”.

“Estar en la Fundación nos deja un gran aprendizaje y es que siempre se puede seguir, pese a las adversidades. Verlos jugar me llena el alma, es verlo a Hernán en cada uno de ellos”, dijo Aida.

Su padre lo recordó diciendo: “fue un hijo fuera de serie, nunca se bajoneó por nada, era fuerte. Yo he sentido admiración y dudas porque no sabía si él podía dar todo lo que tenía en mente… pero lo apoyamos y lo conseguimos, hoy la Fundación es una realidad y continuaremos trabajando en ella”, finalizó su padre.

COMMA, a través de esta nota, reconoce en Hernán, no solo un jugador de futbol, sino un ganador que continúa, desde el cielo, metiendo goles, y en sus Leones seguirá siendo un campeón del futbol y de la vida, aunque haya trascendido a ella.