La comunicación no verbal como herramienta persuasiva para políticos

La Comunicación no verbal (CNV), es una herramienta poderosa para transmitir y convencer, sobre todo en el ámbito de lo público. Estudios científicos revelan que en un proceso comunicativo, el 75% de la comunicación corresponde a la no verbal, siendo ésta la más influyente. La comunicación corporal merece ser descubierta por la persona política, debe saber decir sin hablar; debe lograr descubrir su potencial comunicacional y aprender a gestionar las emociones para lograr transmitirla; La CNV es parte natural del marketing político. Acá algunas recomendaciones a saber.

En líneas generales, las manos representan el hacer de las personas, por lo mismo en un discurso político deben estar visibles. Lo superador es que se muestren las palmas de las manos, evitando colocarlas fuera del alcance visual. Acompañar lo lingüístico con los movimientos ilustradores de los brazos y manos, afianzan el mensaje y genera más credibilidad en lo que se está diciendo. Es oportuno señalar que cuando se está detrás de un atril o escritorio, nunca poner las manos por debajo de los mismos; si no la mostramos, se recomienda apoyarlas sobre la base, es un buen recurso para significar “este es mi lugar”. Sabemos que el dedo pulgar es un emblema universal que significa “está todo bien”, por lo mismo “jugar” con el mismo sumará para potenciar la idea que se está transmitiendo.

Por otro lado, si el mensaje del político es unidireccional, mencionar a su interlocutor por el nombre, no menos de 3 veces. No solo suma en empatía, sino que apela a la cordialidad de quien habla y el mensaje a recibir es advertido con mejor agrado. Si lo que se dice está dirigido a un auditorio el mensaje puede ser direccionado en segunda persona del singular (Tú).

Párrafo aparte para preguntarnos si el silencio comunica, en este sentido la respuesta es que es imposible no comunicar, incluso desde el silencio; en los discursos políticos el silencio puede ayudar a retomar la atención si se advierte que la audiencia está dispersa. Es una técnica efectiva que ayuda al funcionario a tomar, nuevamente, el control del momento. Así mismo, el contacto visual nos permite interpretar emociones ajenas, así como transmitir las propias.

Una sugerencia obligatoria es la de expandir el pecho manteniendo una postura erguida, se respira mejor, se logra estar más relajado pero además el efecto connotará seguridad y liderazgo.

Por otra parte, estar alerta con la comunicación paralingüística (tono de voz, intensidad, timbre); trabajar esto en un discurso político, sabiendo dónde y cómo dar énfasis a una idea, hace que el mensaje lingüístico se afiance en el receptor. Se debe dar importancia a cada palabra, para ello hay que elegir las más importantes y darle fuerza.

Algunas de las cosas que no debe hacer es, cruzar de brazos, mirar hacia abajo o meter las manos al bolsillo. Si buscamos el feedback de la comunicación política, no debe haber espacios para la confusión. La comunicación lingüística debe ser clara y la comunicación no verbal asertiva, esta le da poder a lo que se dice.

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