Los valores humanos en la creación de la marca personal

Las actitudes más humanas y solidarias, además del respeto a nuestros colaboradores, son un aspecto que puede ser imprescindible en un desarrollo positivo.

No podemos decir que exista una sola variable o punto importante a la hora de crear nuestra Marca Personal. Este concepto, al que hemos definido en otras entradas como “estrategia de posicionamiento para presentarte ante el mundo con tu magia”, depende de diversos factores, como tu propio potencial, los objetivos, la mejor estrategia posible o las tácticas más concretas.

Todos estos elementos son muy importantes, especialmente en las fases tempranas de la construcción, así como en el desarrollo más inmediato; de todas formas, nos hallemos en el momento que sea (incluso ya habiendo conseguido el éxito deseado), no deberíamos olvidarnos de estos ingredientes.

La variable humana

Sin embargo, hay también otras cualidades que son notablemente valoradas por el mundo que nos observa, aquel que nos categoriza y que dota de una valoración a nuestra Marca Personal. El lado más humano y relacionado con los valores éticos es una de esas cualidades, ya que, desde nuestro escaparate al mundo, estas conductas nos hacen ser mejor considerados por clientes, empleados o contratadores.

En el marco de nuestro trabajo habitual, un liderazgo bien ejercido, con carisma, consideración hacia nuestros colaboradores, en el que seamos capaces de dar ejemplo y compartir valores positivos, nos hará mejorar nuestra Marca Personal. Además, facilitará el desempeño de nuestros objetivos, ya que el equipo que nos rodea tendrá un mejor ambiente de trabajo y una mayor adhesión a los proyectos. Ser honestos, justos o tolerantes son algunas de las actitudes de peso para lograr este tipo de liderazgo, que permitirá obtener una valoración más positiva de los diferentes actores implicados: no solo de aquellos a los que lideramos, sino también de clientes y empleadores. 

Más allá de nuestro trabajo

La vida fuera de nuestras tareas profesionales también puede destilar valores positivos que redunden en nuestra Marca Personal. Nos referimos a iniciativas que mejoren la vida de los demás; estas acciones no solo nos permiten crecer como personas, sino que tienen un profundo impacto en la forma en la que el mundo nos percibe.

El caso más paradigmático es el de los grandes empresarios que son importantes filántropos, como los ya conocidos ejemplos de Bill y Melinda Gates, con su Fundación, o el proyecto “The Giving Pledge”, desarrollado junto a Warren Buffet. Pero no es necesario que pensemos en niveles tan elevados: muchas celebridades son hoy embajadoras de organizaciones como ACNUR, Amnistía Internacional o Greenpeace (Bono, cantante de U2, es un caso paradigmático). De hecho, muchas Pymes actúan en iniciativas más locales y enfocadas a su comunidad, organizando recogidas de fondos o donando parte de sus beneficios a proyectos solidarios.

Un buen ejemplo de los valores a los que nos referimos, esta vez a un nivel más específico, es el proyecto que desarrolla Jennifer Shahade. Esta estadounidense se proclamó campeona americana de ajedrez en dos ocasiones, y ha publicado sobre las mujeres y la citada disciplina, además de ser jugadora semiprofesional de póker. Lejos de dormirse en los laureles, además de las publicaciones y de ganar notoriedad con sus conferencias, creó, junto con Jean Hoffman, la ONG “9 Queens”, que enseña y promueve el ajedrez entre mujeres jóvenes en riesgo de exclusión. La propia Shahade imparte las clases en Filadelfia para personas de este colectivo.

Por una Marca Personal más completa

Hemos visto cómo los valores pueden hacerse patentes desde nuestro liderazgo o desde nuestra actividad al margen de la vertiente profesional, y ambas redundan positivamente en nuestra Marca Personal. Existe una tercera posibilidad que aúna aspectos de las dos anteriores: el liderazgo que inspira acciones positivas de los que nos rodean. Estaríamos hablando, por ejemplo, del emprendedor que inspira a sus empleados o clientes a actuar de manera altruista en proyectos que promueve. Dicha conducta atrae, sin duda, una visión positiva de la organización a la que pertenecemos y de nuestra propia imagen.

Es por estos motivos que, sin renunciar a ambiciones personales que puedan ejercer de motor en nuestra actividad, no debemos olvidar que los valores humanos y éticos transmiten un efecto muy beneficioso a nuestra Marca Personal, y pueden hacer que esta llegue más allá y transmita una imagen confiable y rica en conceptos que trascienden nuestra faceta meramente profesional.

Fuente: Emprendedores News

Otras notas

Menú