Tu cerebro te puede curar

Somos conscientes de que la frase “tu cerebro te puede curar” puede llevarnos a más de un equívoco.

Éste órgano no hará, por ejemplo, que podamos curarnos de una enfermedad crónica, sin embargo, sí nos puede permitir prevenirlas en muchos casos e incluso paliar su impacto si mejoramos nuestros hábitos de vida.

Tu cerebro cambia con cada nuevo pensamiento, con cada nuevo aprendizaje y experiencia que integras en tu vida. Este órgano plástico, complejo y fascinante puede ser nuestro aliado a la hora de prevenir y tratar un sinfín de condiciones. Así, entender que tu cerebro también te puede curar -influir de manera positiva en un proceso de curación- puede abrirte la puerta a aplicar nuevas herramientas y enfoques mentales.

Debemos ser capaces de entender que está en nuestra mano “esculpir” nuestro propio cerebro para que sea un buen benefactor y no un enemigo. 

Rodearnos de una red social de personas significativas, ser curiosos, receptivos, pensar de manera positiva o reducir el impacto del estrés  nos permitirá sin duda ganarle territorio a la salud y el bienestar.

Alzarnos, en esencia, como auténticos escultores de un cerebro más sano y sobre todo, más plástico, nos ayudará a reducir el impacto de un gran número de enfermedades físicas y psicológicas.

Las claves para ser esos arquitectos de nuestra salud cerebral, son en realidad asequibles para la mayoría de nosotros. Son procesos con un gran beneficio para el cerebro, para generar nuevas conexiones, para estimular, cuidarlo y optimizarlo.

Una alimentación variada y equilibrada es sinónimo de salud. Busquemos siempre productos frescos de cultivo orgánico, evitemos el abuso del azúcar, y de las grasas saturadas.

Asimismo, pongamos en nuestra lista los alimentos ricos en omega 3, magnesio, triptófano, vitamina K y en antioxidantes.

El sedentarismo es un enemigo voraz para la salud e incluso para el estado de ánimo. Es por tanto recomendable que incluyamos en nuestra rutina algún tipo de ejercicio. Bastaría incluso con salir a caminar media hora cada día.

Por otro lado, si tu cerebro te puede curar es porque en algún momento, has logrado mantener un enfoque de vida positivo y resiliente. Los pensamientos positivos mejoran la salud cerebral, regulan tensiones y mejoran incluso la capacidad para asentar nuevos aprendizajes.

Para concluir, ahora que sabes que tu cerebro te puede curar, no lo dudes, mejora tus hábitos de vida. Recuerda a diario que tú puedes ser el escultor de este órgano prodigioso capaz de mediar en tu bienestar, e incluso prevenir que desarrolles ciertas enfermedades.

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